El lema propuesto este año para la celebración del ABRAZO EN FAMILIA es “DIÁLOGO, PERDÓN Y RECONCILIACIÓN: CAMINOS PARA ALCANZAR LA PAZ”.
La Comisión Episcopal de Familia e Infancia y el Departamento Nacional respectivo, proponen una reflexión sobre la importancia de la paz, como un don que nos ofrece el Resucitado y que, lamentablemente, está ausente en muchos ambientes, incluido el ambiente familiar.
Al comienzo de cada año civil, el Papa envía al mundo católico y a todas las personas de buena voluntad, un mensaje para la celebración de la Jornada mundial por la paz, que este año ha llegado a su 47ªedición y lleva por título “La fraternidad, fundamento y camino para la paz”. Comienza diciendo que “de hecho, la fraternidad es una dimensión esencial del hombre,
que es un ser relacional. La viva conciencia de este carácter relacional nos lleva a ver y a tratar a cada persona como una verdadera hermana y un verdadero hermano; sin ella, es imposible la construcción de una sociedad justa, de una paz estable y duradera. Y es necesario recordar que normalmente la fraternidad se empieza a aprender en el seno de la familia, sobre todo gracias a las responsabilidades complementarias de cada uno de sus miembros, en particular del padre y de la madre. La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor.”
Desafortunadamente la condición pecadora del hombre impide en muchos casos la vivencia de la fraternidad, como sucedió en el caso de Caín y Abel. Pero el plan de Dios sigue vigente y espera nuestra cooperación para su realización. Dice el Papa Francisco: “Parafraseando sus palabras, podríamos sintetizar así la respuesta que nos da el Señor Jesús: Ya que hay un solo Padre, que es Dios, todos ustedes son hermanos (cf. Mt 23,8-9). La fraternidad está enraizada en la paternidad de Dios. No se trata de una paternidad genérica, indiferenciada e históricamente ineficaz, sino de un amor personal, puntual y extraordinariamente concreto de Dios por cada ser humano (cf. Mt 6,25-30). Una paternidad, por tanto, que genera eficazmente fraternidad, porque el amor de Dios, cuando es acogido, se convierte en el agente más asombroso de transformación de la existencia y de las relaciones con los otros, abriendo a los hombres a la solidaridad y a la reciprocidad.” (ib.)
Dado que ‘la paz es fruto de la justicia, como lo recordaba insistentemente el Papa San Juan Pablo II, debemos dirigir nuestra atención, en primer lugar, a las relaciones intrafamiliares si pretendemos alcanzar la paz social. Lo primero que hemos de hacer es conocernos a nosotros mismos, con nuestras cualidades y defectos, con nuestras capacidades y limitaciones. Para ello es necesario aprender a dialogar, para lo cual es necesario asumir una actitud de escucha hacia el otro, de respeto, de consideración, de aceptación, de deseos de superación y solución de los problemas y de cooperación para lograrlo. Este primer paso es fundamental para avanzar en la búsqueda de la paz.
Obviamente, el diálogo da como resultado el reconocimiento honesto de las fallas personales y de los errores cometidos, debido muchas veces a inexperiencia y no a mala voluntad. Cuando el diálogo es sincero y busca soluciones, las partes involucradas -en este caso los miembros de la familia- manifiestan su disposición a perdonar y a entrar en un proceso de reconciliación que sane las heridas y estreche los vínculos. Como paso previo ha debido establecerse un pacto de excluir toda reacción violenta, todo insulto o descalificación y, con mayor razón, cualquier intento de agresión física o verbal. Otro elemento irreemplazable es la presencia de un árbitro imparcial que ejerza una acción conciliadora, al cual se sometan las partes dialogantes.
Si las familias en general, pero principalmente las familias cristianas, estuvieran dispuestas a ejercitarse en la escuela del diálogo, ciertamente mejorarían notablemente las relaciones entre sus miembros y se convertirían en agentes multiplicadores de entendimiento, de respeto, de amor y contribuirían eficazmente en la búsqueda de la paz. A medida que crezca el número de familias que trabajen por alcanzar la paz doméstica, crecerá también el deseo de irradiarla a la sociedad (ambiente laboral, estudiantil, profesional, etc.) y mejorarán las condiciones de vida en general, puesto que se avanzará en el reconocimiento del otro y por consiguiente, en el fortalecimiento de la fraternidad que como nos dice el Papa Francisco, es el fundamento y camino para la paz.
¿Utopía? Tal vez, pero realizable con el auxilio de Dios.
Con mi Bendición.
Mons. Rafael Conde Alfonzo
Obispo de Maracay
Presidente de la Comisión Episcopal de Familia e Infancia
PRESENTACIÓN
Nuevamente Estimados Hermanos y Amigos, la Comisión Episcopal de Familia e Infancia , por medio del Departamento Nacional de Pastoral Familiar e Infancia ha preparado la tradicional Campaña Abrazo en Familia, que en este año arriba a su edición 24, cuyo material deseamos que pueda ser de gran utilidad para todos los agentes de pastoral familiar y la sociedad venezolana
Es importante la celebración de esta campaña, porque las actividades generadas conllevan a fortalecer a la familia, una institución sustentada en el matrimonio, “la familia es la institución de la vida”
En este año les presentamos las herramientas para lograr el fortalecimiento de la familia venezolana y la superación de las diversas situaciones no agradables o problemáticas entre las que podemos percibir: violencia, agresiones, enemistades, divisiones.
Por tal motivo deseamos ofrecerle este año un material constitutivo de afiche, guía del facilitador, díptico para los niños, micros radiales y presentaciones power point, para invitarlos a prepararse, facilitar y celebrar la Campaña Abrazo en Familia, la cual se lleva a cabo desde el 2 al 9 de noviembre bajo el lema: “DIALOGO, PERDÓN Y RECONCILIACIÓN: CAMINOS PARA ALCANZAR LA PAZ” y con los siguientes temas:
1.El valor del conocimiento y aceptación personal en las relaciones interpersonales,
2.El diálogo, herramienta fundamental para alcanzar la paz,
3. Perdón y Reconciliación
4.La Mediación, 5. Educar para la NO VIOLENCIA.
Desde este Departamento Nacional de la Pastoral Familiar e Infancia les invitamos a unirnos para lograr fortalecer la familia en el seno de la cual nos movemos y existimos; que este material pueda ser de apoyo y la familia venezolana se beneficie de esta campaña.
Encomendamos esta campaña a la Sagrada Familia de Nazaret por el éxito de estas
iniciativas.
Pbro. Juan Lara
Director encargado del Departamento
Nacional de Pastoral Familiar e Infancia de
La Conferencia Episcopal Venezolana
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